Los primeros pianistas aparecieron a principios de siglo XVIII, momento en que se inventó el
piano. Desde su creación fueron varias las mejoras (en material y diseño principalmente) que
elevaron la calidad acústica del instrumento hasta hacerlo más popular. El piano está
irremediablemente ligado a la música clásica, especialmente durante la época barroca.
El primer compositor de la época que sigue gozando de un amplio reconocimiento
internacional fue el alemán Johann Sebastian Bach, fallecido en 1750. Estuvo especializado
en el órgano y en el
clavecín.
Sus obras en cambio, con el paso de los años, han sido interpretadas mayoritariamente a
piano.
En total hay 1128 y están todas registradas en el conocido Catálogo de las obras de Bach,
publicado por Wolfgang Schmieder en 1950.
El siguiente gran compositor clásico fue Wolfgang Amadeus Mozart,
fallecido en 1791 a la temprana edad de 35 años. El
pianista
austríaco está considerado como uno de los más influyentes en la historia de la música. Su
producción comprende más de 600 piezas, gran parte de ellas reconocidas como obras maestras de
piano, música de cámara, ópera, coral, sinfónica y concertante.
El alemán Ludwig Van Beethoven coincidió en vida con Mozart y está
considerado como el último gran representante del conocido clasicismo vienés. Falleció en la
capital austríaca en el año 1827. Su sordera degenerativa no le impidió en ningún momento dedicarse
a la música, incluso cuando esta provocó que perdiera absolutamente toda su capacidad auditiva. De
hecho compuso alrededor de cien obras, de las cuales las más destacadas no fueron las creadas
originalmente para piano sino sus célebres nueve sinfonías.
Algo más tarde que Mozart pero contemporáneo a Beethoven fue el polaco
Frédéric Chopin. Nació en 1810 y fue considerado uno de los grandes compositores del
Romanticismo musical, corriente iniciada por el propio Beethoven. Alcanzó la fama de niño prodigio
a los seis años y al alcanzar la mayoría de edad inició su carrera individual, repleta de éxito
gracias a su elegancia y sofisticación al teclado. Sin embargo, además de exitosa fue efímera, ya
que el pianista falleció a la temprana edad de 39 años.
Llegado al mundo un año después de este fue Franz Liszt. El austríaco es
considerado también un exponente importante del Romanticismo musical. Al principio sus
contemporáneos le criticaron por no componer. Era considerado como el pianista más completo
técnicamente de la época pero no fue hasta pasados unos años de su inicio como intérprete cuando se
dedicó también a la composición. Fue admirado por Beethoven y compuso una gran variedad de obras
para piano, así como para orquesta.
Han sido muchos más los compositores y
pianistas
clásicos exitosos que han dejado huella a través de sus obras, aunque también hay nombres altamente
reconocidos cuya éxito tocando el piano se ha dado a lo largo del siglo XX. Este es el caso de los
rusos Sergei Rachmaninov y Vladimir Horowitz, del francés Alfred Cortot, de
los ucranianos Emil Gilels y Sviatoslav Richter, del polaco Arthur Rubinstein,
del canadiense Glenn Gould, del checo Artur Schnbael, del alemán Wilhelm
Kempff o del austríaco Alfred Brendel.
