El piano surge a finales del siglo XVII con una mejora entre tantas de los instrumentos
predecesores que acabaría siendo la responsable del concepto que se tiene de dicha palabra a día de
hoy. Han sido muchos los objetos musicales precedentes al
piano,
todos ellos con un nivel mayor o menor de sofisticación.
Se dice que el origen de las cuerdas percutidas nace en la Edad de Bronce,
aproximadamente en el año 3.000 a.C. Lo hace con la cítara, un simple instrumento basado en
una pequeña tabla con cuerdas distribuidas a cierta altura sobre ella. La forma de hacer sonido era
hacerlas vibrar con las uñas o con algún objeto. De la cítara surgió el monocordio, que no
era más que una cítara de madera de una sola cuerda. El mismo fundamento se aplicó para inventar el
saltero, una cítara con forma trapezoidal.
Un gran paso para llegar al modo de producir sonido actual fue el encontrar un
sistema o instrumento capaz de tocar las cuerdas de forma mecánica y no directamente con los dedos.
Así nació en el siglo XV el clavicordio, cuyas cuerdas vibraban gracias a una pequeña aguja
metálica que era accionada mediante la pulsación de teclas de forma manual en un teclado. Una forma
derivada del clavicordio fue el clavecín. La diferencia radica en la forma de hacer vibrar
las cuerdas: así como en el
clavicordio
estas eran percutidas, en el clavecín se punteaban (lo mismo que se hace con la guitarra o el
arpa). Además, en el
clavecín
y sus variantes (virginal y espineta) fue la primera vez que cada tecla era correspondida con una
cuerda, hecho que no se daba anteriormente.
Estos instrumentos dieron paso al fortepiano, conocido actualmente como
piano, cuyo origen data de 1695. El italiano Bartolomeo Cristofori incorporó una pieza hecha
de madera con forma de martillo cuya punta estaba recubierta de cuero. Esto permitió obtener unos
sonidos más claros y nítidos, además de producir vibraciones tonales en función de la rapidez y la
fuerza con que se tocaban las teclas.
Los diseños fueron mejorando, así como la optimización de los materiales. Esto
ha permitido que la calidad del sonido se haya visto incrementada notablemente hasta llegar a los
actuales pianos modernos, que se distinguen principalmente en dos categorías o
tipos de piano:
los pianos de cola y los pianos de pared, también llamados verticales. La principal
diferencia está en la disposición de las cuerdas; en el caso de los pianos de cola
se sitúan de forma horizontal, pudiéndose abrir una tapa para que el sonido no sufra limitaciones.
En los
pianos de pared,
en cambio, las cuerdas se sitúan verticalmente, no alcanzándose la misma potencia y calidad de
sonido. Es por ello que dependiendo del tipo y tamaño suelen ser significativamente más baratos que
los de cola.
Además de estos dos tipos de piano en la actualidad también se encuentran los
pianos eléctricos y electrónicos, cuyo teclado es similar a los de cola y de pared
pero no su fundamento. Los sonidos en los
pianos eléctricos
se producen de manera mecánica pero se utilizan las llamadas pastillas para convertirlos en
señales electrónicas antes de su reproducción, mientras que los
pianos electrónicos
reproducen los sonidos al sintetizar los de un piano moderno mediante sensores.