Los pianos electrónicos son una modalidad de piano nacida en los años setenta. Se trata de
un instrumento musical de teclado que guarda grandes diferencias con los pianos acústicos modernos
más tradicionales.
Su nacimiento tuvo lugar en Italia y durante su corto periodo de gran
popularidad muchas unidades fueron producidas también en Japón y las Islas Marshall de los Estados
Unidos. Su nombre, además, fue utilizado por la compañía de Rudolph Wurlitzer, de Estados Unidos,
para promocionar su gama de
pianos eléctricos.
Es por ello que el término «eléctrico « y «electrónico» se confunde a menudo dentro de este
contexto. Los
pianos electrónicos
reproducen los timbres de los pianos tradicionales utilizando una serie de circuitos analógicos que
permiten sintetizar el sonido de estos, mientras que el sistema de los pianos eléctricos genera los
sonidos de forma mecánica.
Entre las ventajas de utilizar un piano electrónico a uno acústico tradicional
destaca la del precio. Los electrónicos reproducen sonidos almacenados directamente desde estudios
de grabación de forma óptima, lo que les permite obtener una calidad acústica excelente, la mayoría
de veces suficiente. El sistema analógico de este tipo de piano es diferente al utilizado en los
pianos de cola o
pianos verticales.
Resulta más sencillo y ligero por lo que su producción es mucho menos costosa, haciendo del piano
electrónico un producto mucho más accesible que sus homólogos. Directamente relacionado con esto
está el coste de mantenimiento. No hace falta
afinar los pianos
electrónicos regularmente por lo que para preservarlos en buen estado sólo hace falta mantenerlos
limpios y tener cuidado de que no se derrame ningún líquido por encima. En tal caso es muy posible
que la calidad del sonido se vea afectada. Además, los pianos electrónicos se adaptan mejor que los
tradicionales a las condiciones climatológicas (temperatura, humedad, etc.) de la habitación donde
se alojen. Salvo el caso de temperaturas extremas o exposiciones prolongadas al Sol este
tipo de piano
apenas sufre variaciones en su calidad acústica.
En los modelos más antiguos uno de los inconvenientes era que aunque la tecla se
pulsara con más fuerza el sonido generado era el mismo. Este problema se solventó implementando un
teclado con más peso que el original, sensible a la velocidad y fuerza de presión de la tecla,
permitiendo además simular el tacto original de los
pianos acústicos.
Poseen también la capacidad de regular el volumen de salida o de conectar auriculares, lo que le
permite ser utilizado en cualquier entorno sin necesidad de preocuparse de si se está molestando a
alguien con el ruido.
Normalmente incorporan las ochenta y ocho teclas de los pianos acústicos, así
como sus pedales. Adicionalmente disponen de una serie de recursos electrónicos hasta entonces
inimaginables, realmente útiles a la hora de crear música y ritmos: por ejemplo, la inserción de
ritmos grabados previamente en nuevas partituras o la iluminación de teclas para facilitar el
aprendizaje al principiante.
Su uso perdió popularidad a partir de los años ochenta, cuando salieron al
mercado los teclados electrónicos, más accesibles económicamente y más cómodos de transportar
debido al menor tamaño que los pianos de mismo nombre.